7 razones por las que no se comprarán casas en el futuro
El mantra se ha repetido una y otra vez a lo largo de los años: es mucho mejor comprar una vivienda que estar de alquiler toda la vida. Sin embargo, esta tendencia está empezando a cambiar, y es que cada vez se ve con mejores ojos la idea de vivir de alquiler en lugar de convertirse en propietario. Motivos hay varios, así que aquí vamos a intentar desentrañar los siete más importantes.
1. Para trabajar hay que desplazarse
En treinta años, la forma en la que se trabaja ha cambiado de forma importante. En estas tres décadas se ha pasado de la idea de conseguir un trabajo estable en el que estaríamos toda la vida, algo que era bastante común hasta no hace mucho, a la certeza de que en algún momento puede ser probable que haya que cambiar de ciudad e incluso de país para seguir en el mercado laboral.
Esto lleva a una conclusión importante: si se accede a una vivienda en propiedad y después hay que mudarse, ¿qué se hace con el apartamento o casa comprada? Es cierto que siempre se puede alquilar e incluso volver a vender, pero esto conlleva quebraderos de cabeza por los que puede que no se esté dispuesto a pasar.
En resumen, la idea de cambiar de lugar de trabajo frena en muchos casos la compra de viviendas, algo que parece que va a seguir siendo la tónica en el futuro.
**2. La incertidumbre económica **
Aquí hay que atender a dos aspectos que resultan muy significativos. Por un lado, el empleo estable es algo que parece estar en vías de extinción, lo que conlleva una inestabilidad financiera que se recrudece especialmente en las personas más jóvenes que, al fin y al cabo, son las que suelen interesarse por la compra de una vivienda.
Es decir, pese a que los jóvenes pueden tener ahorros suficientes y capacidad para comprar, muchos no saben si la seguirán teniendo en un par de años, lo que les hace ser más conservadores a la hora de arriesgar su capital en una aventura inmobiliaria como la firma de una hipoteca.
Pero hay otro motivo que se relaciona con este último. Aunque la estabilidad laboral se mantenga, puede que los intereses del crédito superen la capacidad que se tenga en un futuro para seguir pagando una casa en propiedad. Es verdad que siempre se pueden encontrar medios para aumentar los ingresos, aunque no suelen ser tan divertidos como jugar en un casino online.
3. Poca oferta y no muy atractiva
Aquí entra en juego otro motivo que no vivieron las generaciones anteriores. En las últimas décadas, las grandes ciudades, que son los lugares en los que más demanda hay para comprar viviendas, han vivido un espectacular crecimiento que ha limitado bastante los lugares atractivos para vivir y, por lo tanto, para comprar una residencia fija.
La oferta inmobiliaria en la actualidad se reserva para lugares alejados del centro o se limita a pisos antiguos que necesitan mejoras y reformas urgentes. Es decir, es complicado hoy en día disfrutar de una buena localización a la hora de comprar, un motivo que echa para atrás a muchos posibles compradores que prefieren seguir viviendo de alquiler en un lugar mejor que el obtendrían al comprar.
4. La rentabilidad de la vivienda no es la que era
Este es otro de los mitos que se han desmontado en los últimos años. Hasta no hace mucho, invertir en viviendas parecía una gran opción para asegurar el futuro a largo plazo por varios motivos como, por ejemplo, el poder afrontar la vejez sin soportar gastos por el lugar en el que se habita y otros similares.
Pero basta con echar un vistazo a las variables que implica la compra de un apartamento o casa. Al margen del coste mismo de la propiedad, si se suman los intereses del préstamo, los impuestos que se generan por la misma compra y los gastos derivados de la propiedad a largo plazo, la realidad es que la compra de una vivienda no es para nada una buena inversión, por lo que muchos buscan ya en otro lugar la forma de asegurar su futuro.
5. Ahorrarse preocupaciones
Si se mira con perspectiva, ser inquilino es una de las cosas más cómodas que puede haber. Siempre que haya una buena relación con el casero, el residente en un piso de alquiler no tiene que preocuparse por la rotura de electrodomésticos ni por los gastos generados por las reformas que haya que realizar en la comunidad.
Esto lleva a muchos jóvenes a no querer salir de esta situación de ninguna forma, y es que vivir al margen de estos problemas, de los que se encargará el casero y propietario, puede ser una fuente de bienestar a largo plazo que no debe menospreciarse.
6. Echar raíces no está de moda
Al contrario de lo que sucedía con generaciones anteriores, la idea de quedarse toda la vida en el mismo lugar es algo poco atractivo para muchos jóvenes y para las generaciones que están por venir.
Habitar siempre en el mismo barrio y en la misma casa puede llegar a ser aburrido. Además, si se generan problemas con los vecinos o la zona en la que se vive no colma las expectativas, una casa en propiedad puede funcionar como un ancla imposible de levantar mientras que el alquiler siempre da la oportunidad de cortar la relación contractual y cambiar de lugar sin mayores problemas.
7. Vivir el momento
En último lugar, aunque no por ello menos importante, se encuentra la tendencia que muchos tenemos de querer vivir el momento sin pensar en nada a largo plazo.
Comprar una casa es un compromiso tan fuerte que puede llegar a abrumar. Experiencias por vivir, viajes por hacer o, simplemente, la sensación de ser libre son cosas que se ven amenazadas al comprar una casa y adquirir este compromiso durante 15, 20 o 30 años, así que son muchos los que prefieren seguir viviendo el momento dejando de lado la compra de un apartamento o cualquier otra operación inmobiliaria similar.