La cara menos conocida de la violencia doméstica
Mujeres golpeadas en su hogar por su pareja, acosadas en la calle, abusadas física y verbalmente en sus lugares de trabajo era algo naturalizado hasta que sus voces se empezaron a escuchar en redes sociales. De esta forma, comenzó un fenómeno que apostó fuerte, como se apuesta en nuestro casino online, por terminar con toda forma de violencia hacia la mujer.
Ahora que el problema de las mujeres está puesto sobre el tapete, este artículo se propone descubrir qué otro tipo de violencia quedó debajo de la alfombra.
Cuando la víctima es un hombre
Según los últimos datos de la Office For National Statistics (Oficina Nacional de Estadística) del Reino Unido y Gales, entre marzo de 2017 y marzo de 2018, un 7,9 % de mujeres (1,3 millones) y un 4,2 % de hombres (695 000) sufrieron algún tipo de violencia doméstica. El tipo de abuso más común fue el no sexual por parte de una pareja. En este caso, lo sufrió el 5,6 % de las mujeres abusadas y el 2,4 % de los hombres abusados.
Estos datos muestran que, si bien en número menor, existen víctimas masculinas de abuso doméstico. La gran pregunta, entonces, es por qué no conocemos prácticamente ningún caso. La Dra. Sarah Wallace, de la University of South Wales, afirma que hay muchas razones por las que los abusos no se reportan, entre ellas, el temor a una venganza o la desconfianza en la policía.
Según la Dra. Wallace, los hombres son los que menos se animan a volver público su problema. ¿Por qué? Por vergüenza o por creer que los verán con un menor grado de masculinidad. Al fin y al cabo, ellos mismos caen presas de un estereotipo de género, de masculinidad agresiva, que ve como una humillación perder ese lugar dominante.
Como respuesta a esta situación, organizaciones como ManKind producen videos polémicos en los que hombres sufren abusos públicos, violentos, por parte de mujeres. Estas representaciones suelen recibir críticas por ser manipuladoras e inverosímiles.
Tal vez el secreto para medir el grado de violencia según el sexo esté en analizar cuál es la proporción de mujeres y hombres que sufrieron abusos sexuales. Siguiendo con el reporte estadístico de la Office For National Statistics, la diferencia entre sexos se multiplica en estos casos, 0,4 % contra 0,1 %, y se vuelve un abismo cuando hablamos de niñas a partir de 16 años: 6,3 % contra 0,7 %.
¿Qué debería hacer un hombre abusado?
HelpGuide, una ONG que brinda información sobre salud mental y bienestar, ofrece ayuda para hombres heterosexuales u homosexuales que sufrieron violencia física, emocional, verbal o sexual, o cualquier otra forma de control por parte de sus parejas. Eso a veces puede derivar en la pérdida de la custodia de un hijo.
Tiene incluso un apartado para personas homosexuales, bisexuales o trans a quienes sus parejas hayan amenazado de distintas formas. Por ejemplo, con contar su orientación sexual o identidad de género. O que las intenten convencer de que dejar una relación implica una animosidad contra gáis, bisexuales o trans. O el mito justificatorio de que los hombres son naturalmente violentos.
Frente al abuso, recomiendan marcharse si es posible, nunca contestar una agresión, recabar información del abuso y tener el teléfono celular a mano.
Maltrato infantil
La Organización Mundial de la Salud es categórica cuando difunde cifras de abuso infantil. Un cuarto de todos los adultos del mundo reconocen haber sufrido maltratos físicos cuando fueron niños. Y respecto al abuso sexual, 1 de cada 13 hombres declaró haberlo sufrido en la niñez.
También hay otras circunstancias que facilitan la aparición del maltrato o abuso: la desigualdad de género, social o la falta de programas eficientes de prevención. Cuando los niños trabajan en plantaciones de tabaco, en talleres textiles clandestinos o mendigan en el transporte público quedan expuestos a que cualquier adulto los maltrate o, incluso, a caer en una red de trata de personas.
Una cifra escalofriante fue la que se conoció en Argentina de la mano de UNICEF: el 70 % de los padres utiliza la violencia física o verbal con sus hijos de entre 2 y 4 años. Según la Secretaría de Niñez y Adolescencia de la provincia de Buenos Aires, cada día se registran 85 denuncias por maltrato infantil.
Entre los niños de 2 y 4 años, el 54,4 % sufre daño físico, que va disminuyendo en la medida que crecen. En cambio, las agresiones verbales se mantienen constantes en 60 % de los menores de edad.
Estos datos contrastan con el apenas 3,7 % de los padres que se declaran cultores del castigo físico para educar a sus hijos. Tal vez tenga que ver con que la cultura violenta en la educación estaba naturalizada hasta hace pocos años. Hoy, conscientes del cambio de paradigma, los padres prefieren ocultar sus métodos.
Por fortuna, UNICEF impulsó la creación de una línea telefónica para denunciar estos casos, que en Argentina es 0-800-222-1717. Del otro lado hay psicólogas y trabajadoras sociales con años de experiencia.