Los guantes de oro de ter Stegen
Hay jugadores de fútbol buenos, jugadores que llegan a alcanzar algunos récords y estrellas de las que dentro de diez años nadie se acordará. Y luego están los que son capaces de rescribir los manuales de juego, los que se reinventan las características de una posición concreta y, por lo tanto, crean escuela. Dentro de este último grupo está ter Stegen, un portero que no ha tardado mucho en ser una leyenda.
Sus inicios
El 10 de abril de 2011, un chaval con cara de niño, de pelo rubio y al que le faltaban pocos días para celebrar su 19.º cumpleaños saltó como titular a defender la meta del Borussia Mönchengladbach. Su nombre es Marc-André ter Stegen, y ese día comenzó la que es ya una de las grandes historias del fútbol contemporáneo.
Nadie fue capaz de arrebatarle la titularidad en las siguientes dos temporadas, y es que ter Stegen se mantuvo bajo los palos del Gladbach de forma ininterrumpida tanto en la temporada 2011/12 como en la 2012/13.
Al finalizar esta, el de ter Stegen ya era un nombre que no paraba de sonar en los mentideros futbolísticos como el gran portero del futuro, lo que ocasionó que muchas de las escuadras más importantes del continente se pusieran manos a la obra para llevarse a la nueva perla alemana.
Un cambio de aires
Después de haber estado 18 años al servicio del Borussia Mönchengladbach, Marc-André ter Stegen entendió que había llegado el momento de afrontar retos mayores y comenzar a luchar con los mejores de Europa.
En este contexto, la portería del Barcelona era una de las grandes de Europa que no tenía un dueño claro desde la salida de Víctor Valdés del club catalán. Es cierto que el meta chileno Claudio Bravo encadenaba un par de años bastante buenos, aunque su edad provocó que Andoni Zubizarreta se lanzase al mercado para encontrar el portero del Barça para la siguiente década.
Visto hoy desde la lejanía, la apuesta de Andoni fue más que un éxito. Por tan solo 12 millones de euros consiguió que ter Stegen hiciera las maletas y pusiera rumbo hacia la Ciudad Condal. Si hoy el Barcelona es uno de los clubes favoritos en las apuestas deportivas para ganar LaLiga o la Champions, es en gran medida por las paradas del alemán.
Pero si hay algo que define al guardameta es su inteligencia. Son muchos los jugadores que pierden la paciencia y no esperan al momento justo para reclamar su sitio en clubes del tamaño del Barça. No es este el caso de ter Stegen, quien pasó buena parte de las temporadas 2014/15 y 2015/16 en el banquillo concentrándose en los partidos de Copa del Rey y Champions League.
En el verano de 2016, ter Stegen, que ya había ganado una Copa de Europa como portero titular del Barcelona, se plantó y amenazó con marcharse si no lo jugaba absolutamente todo. El resultado de este órdago no pudo ser mejor, ya que su compañero Claudio Bravo fue vendido al Manchester City y Marc-André ter Stegen se hizo cargo de una de las grandes porterías de Europa de forma definitiva.
Desde entonces, el palmarés del alemán ha engordado con tres títulos de LaLiga, cuatro Copas del Rey y una Champions League, competiciones en las que ter Stegen siempre ha sido uno de los guardametas menos goleados.
Eso sí, el brillo que tiene el alemán bajo los palos del Camp Nou se pierde un poco cuando se enfunda la camiseta de la Mannschaft. En el combinado nacional germano, ter Stegen sigue siendo el suplente de Manuel Neuer, aunque muchas voces señalan que el momento del cambio llegó hace tiempo apuntando como culpable de la situación a Joachim Löw, entrenador de la selección nacional.
Un tipo peculiar
Bien, ya sabemos que por méritos deportivos la carrera de ter Stegen es de las que apuntan a lo más alto desde sus comienzos, pero hay otros muchos motivos para poner la lupa sobre el alemán.
Por ejemplo, su estilo de juego. Marc-André ter Stegen es un portero capaz de realizar las mejores paradas. Esto es evidente, de lo contrario no estaría en el Barcelona de ninguna forma. Pero lo que mejor lo define es su juego de pies, y es que es capaz de organizar al equipo desde atrás.
Incluso Messi se descubrió ante el golpeo del germano llegando a afirmar que tenía mejor control que él mismo. Puede que Messi exagerara, pero lo cierto es que ter Stegen no tiene nada que envidiar a muchos centrocampistas o delanteros profesionales.
Además, lejos de la vida recluida de muchas estrellas del deporte, ter Stegen vive en el centro de Barcelona y se le puede ver normalmente montado en su patinete o tomando el metro para ir a entrenar como cualquier otro barcelonés.
En definitiva, seguro que dentro de unos años recordamos el nombre de ter Stegen como el de una leyenda de la portería, una leyenda en la que seguro que se fijan esos niños que mañana estarán defendiendo las porterías de los mejores clubes del mundo.